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Capítulo 07.

Un mes después de aquel viaje a Incheon, Seokjin y Namjoon no habían vuelto a hablar, ni siquiera a vivir juntos, esa situación estaba matando por dentro al pecoso, recientemente había cumplido los dos meses de embarazo y aunque su pancita no se notaba, pensó que ya era momento de decirle a su prometido.

Podrían adelantar la boda, tal vez antes que se note su vientre, tenía muchas ideas, planes para recuperar al hombre que amaba.

Era lunes y él había decidió que el primer paso era volver a trabajar, a no posponer más sus casos, a seguir siendo un buen amigo para Jimin, ayudarlo en los problemas que estaban encima suyo.

—Señor Kim, que bueno que regresa —habló Giselle, una abogada y ex amante de Jungkook.

—Gracias Giselle, es bueno regresar, me siento muchísimo mejor.

—Es muy bueno tenerlo aquí y lamento que haya terminado con el señor Kim, hacían una hermosa pareja.

—¿Cómo? Namjoon y yo no hemos terminado, hemos tenido problemas, pero nada fuera de eso.

Giselle sonrió maliciosa.

—Pensé que sí, como ahora él y su asistente están todo el tiempo juntos.

—A ver Giselle  ¿de qué me estás hablando? —Jin se puso serio—. Jimin ha estado ayudando a Namjoon porque yo se lo pedí.

—No es normal que Jimin esté todo el día dentro de la oficina del señor Kim, que él lo traiga al trabajo y lo lleve a su casa, que desayunen y almuercen juntos, con decirle que se fueron juntos a un viaje.

—¿A qué viaje? —su corazón se oprimió.

—El señor Kim se fue a Incheon y claro, se llevó a Jimin con él, si supiera que cuando regresaron se les ve muy pegados, como si algo más hubiera pasado.

Jin confiaba en Namjoon, claro que habían tenido problemas, se habían separado, pero solo eso, una crisis le pasaba a cualquier pareja y ellos no eran la excepción, pero Namjoon lo amaba, siempre se lo demostró. ¿Por qué tendría que desconfiar en ese momento?

Seguro, todo eran rumores estúpidos, de la gente.

—Mire, ahí vienen juntitos.

El pecoso se giró y vio a Namjoon entrando con Jimin colgado de un brazo, ambos riendo, parecían una pareja, en cuanto lo vieron, se separaron para evitar que pensara mal, pero era tarde.

—Namjoon, tenemos que hablar —dijo seriamente.

—No Seokjin, hoy estoy ocupado, será en otro momento —lo vio con frialdad—. Vamos Minnie —tomó el brazo del menor guiándolo hasta el ascensor.

Entonces, era cierto, ellos estaban juntos, lo habían traicionado, ese era la peor traición que se podía recibir, del hombre que amaba y de uno de sus mejores amigos.

—¡Jinnie! ¡Volviste! —fue la cálida bienvenida de Hoseok.

—Hobi hola, ¿cómo estás? —sonrió suavemente.

—Te hemos extrañado mucho, ¿cierto Yoongi? —jaló el brazo del otro castaño.

—Si, en efecto te extrañamos demasiado.

—Solo falta Minnie para que estemos los 4 juntos, ¿no creen?

—No, no hace falta —fue la fría y dura respuesta—. No sé si están enterados de que Namjoon y yo hemos terminado por culpa de él y por su culpa mi hijo no nacerá en el seno de una familia.

—¿Estás esperando un hijo de Nam?

—Si, permiso —sonrió antes de meterse al ascensor.

Hoseok y Yoongi se quedaron boquiabiertos, en la mirada de Seokjin vieron lo dolido que estaba, pero no podían imaginarse que Jimin hiciera algo así, que traicionara a quien le había tendido la mano.

Lo conocía y el menor no era esa clase de persona, tenía que ser un error, porque ambos sabían a la perfección de que Jungkook estaba enamorado de Jimin, él mismo le había contado al de mejillas grandes su acercamiento en Incheon.

Cuando Jin llegó al último piso, entró a la oficina de Namjoon, pero no lo encontró a él, sino a Jimin, sentado, revisando unos papeles.

—Jimin, tenemos que hablar, ven —lo miró con dureza y el menor se levantó confundido—. Porque ya me dijeron que tú y Namjoon se fueron de viaje, así que vamos a hablar sobre como por tu culpa, él y yo ya no nos vamos a casar, hablaremos sobre como por tú culpa, mi bebé crecerá sin su padre.

—Jin discúlpame por favor, yo- —no sabía que decir, ni como disculparse por haberse fijado en el prometido de su jefe.

—¿Disculpa? ¿Después de cómo durante mi ausencia hiciste hasta lo imposible para quitarme a Namjoon?

—Eso no es cierto Jin, yo nunca quise quitarte a Nam, si... si yo hice algo que te lastimó, te juro que fue sin ninguna mala intención —algunas lágrimas cayeron por sus mejillas.

—No necesito perdonarte, solo quiero que te des cuenta del daño que me hiciste.

—Yo nunca quise hacerte daño Jinnie, te lo juro.

—Tampoco lo evitaste, Park —al rubio también se le cayeron las lágrimas—. Te abrí las puertas de esta empresa, te abrí las puertas de mi casa, te abrí las puertas de mi corazón, te entregué mi amistad y nada de eso fue suficiente. ¡Para que no te metieras entre Namjoon y yo!

Jimin se hizo chiquito cuando escuchó el duro grito de Seokjin y retrocedió algunos pasos, intentando dejar de llorar, quiso hablar, pero cuando vio la mirada dolida de su amigo prefirió callar.

Sus manos temblaban y sentía que sus piernas no le respondían.

—Yo te juro que entre Namjoon y yo nunca pasó nada —le susurró.

—¡Claro que pasó! ¡Por eso te fuiste con él a Incheon! ¡Para entregarte a él! —le gritó.

—¡No Jin! ¡Te juro que no! —intentó tocarlo, pero el otro lo miró con desprecio—. Nam solo es un amigo, solo eso... nos confiamos nuestros problemas, porque tú lo hiciste a un lado, solo fuimos un apoyo, pero jamás ha pasado algo más, te lo juro.

—La confianza es algo muy difícil de ganar, pero muy fácil de perder —tiró las cosas del escritorio—. ¡Yo confié en ti, Jimin! ¡Pensé que eras mi amigo!

—Jin-

—Estás despedido, te quiero fuera de esta empresa, ¡ahora! —lo tomó del brazo pese a sus súplicas—. ¡Largo!

Seokjin tiró la puerta y se sentó en la silla que estaba cerca, comenzando a llorar lleno de rabia e impotencia, puso sus pequeñas manos sobre su vientre, intentando calmarse, pero fue totalmente imposible.

Jimin, estaba al otro lado de la puerta, llorando, pero entendía a la perfección como se sentía el rubio, sentía que lo había traicionado, aunque no había cometido ningún pecado.

—Entonces, el señor Kim ya se enteró de tu amorío con el señor Namjoon —Giselle apareció con una sonrisa burlona.

—Seguro fuiste tú quien le llenó de ideas.

—No, solo le dije lo que todos en esta empresa sabemos —suspiró sonriente—. Ahora entiendo porqué tu esposo te golpea.

—¿Qué está pasando aquí? —la voz de Jungkook se hizo presente e hizo avergonzar al menor.

—Nada cariño —Giselle besó su mejilla, pero el alto giró su cabeza.

—Jin acaba de despedirme.

Limpió de mala gana sus mejillas.

—¿Qué? Voy a hablar con e-

—¿Vas a defenderlo, Jungkookie? Después de que él se metió con el señor Namjoon.

La expresión de Jungkook cambió de estar preocupado a estar sorprendido y un poco decepcionado, pero no dijo nada, solo esperaba una respuesta, porque no podía creer ni un poco las palabras de Giselle.

Después del viaje a Incheon, ellos habían tenido un gran acercamiento, se mandaban mensajes, se llamaban, muchas veces en la oficina se mandaban papelitos, por lo que Jungkook se dio cuenta que Jimin le correspondía poco a poco, así que eso era imposible.

—¡Eso no es cierto, maldita serpiente! —vio a Jeon—. Te juro, te juro Jungkook que no pasó nada entre Namjoon y yo, de verdad —comenzó a llorar nuevamente.

—Jimin... —quiso decirle algo reconfortante, pero escuchó los sollozos de Kim—. Debo ir a ver a Jin, perdón.

La culpa nuevamente lo invadió, si es cierto había sentido cierta atracción por Namjoon al inicio, pero solo fue una idealización, porque cuando estaba con Jungkook, sentía que su vida se complementaba, odiaba tener que separarse de él al finalizar al día.

Y ahora, también lo había perdido, era su culpa, solo su culpa.

Tomó su mochila y salió lo más rápido que pudo de la empresa, sin importarle que las personas lo vieran llorando comenzó a caminar por las calles. Había estado tranquilo los últimos días, porque Seonghwa había sido encarcelado por problemas en la calle gracias a su alcoholismo, después de que su madre pagara la fianza y lo sacara, tampoco había regresado a su casa.

—Jinnie —Jungkook se acercó hacia el pecoso y lo abrazó.

—Me traicionaron, Namjoon y Jimin me traicionaron —lloró en su hombro.

—¿De qué mierda estás hablando Jin?

La inconfundible voz de Namjoon se hizo presente, sobresaltando a ambos hombres, cuando lo vieron, él tenía su ceño fruncido, por como estaba su oficina y por el estado de crisis en el que se encontraba su prometido.

—Exijo una explicación.

—Ya me enteré de que tú y Jimin están juntos.

—¿Qué? ¿De qué estás hablando?

—¡Ya sé que tú y Jimin son pareja! —levantó la voz—. ¡Ya sé que se fueron a de viaje juntos y que se la pasan todo el puto día juntos!

—Jin, yo debo decirte algo del viaje a In-

—Sal de esta oficina, por favor Jungkook, luego hablamos —le dijo el pecoso y sin rechistar, el alto obedeció, saliendo de la oficina, tratando de buscar al menor, pero no estaba.

Una vez que se fue, el rubio mayor fue el primero en hablar.

—No sé de qué estás hablando, pero entre Jimin y yo nunca ha pasado nada. ¡Nunca!

—¿Me vas a negar que te fuiste de nuestra casa por irte con él de viaje?

—¡Si, lo niego! ¡Yo me fui porque tú querías que me fuera de tu vida! ¡Porque de un momento a otro cambiaste y yo no hacía falta en tu vida!

—¡No quería que te fueras Namjoon! —lloró con desesperación—. Yo... Yo estoy esperando un hijo tuyo —volvió a sentarse en la silla—. Si me alejé de ti, fue por miedo... a que me dejaras, a que me abandonaras.

—¿Por qué iba a hacer eso? —le susurró poniéndose de cuclillas frente a él y tomando sus manos.

—Iba a engordar, iba a estar lleno de estrías, feo... no me ibas a querer así —siguió llorando—. Y si fue así porque me dejaste, me abandonaste por mi asistente, por mi amigo.

Namjoon suspiró profundamente para poder calmarse y hablar con su prometido de la forma más pacífica, ahora entendía más el porqué de su actitud tan esquiva, de su cambio de humor, de porqué a media noche se levantaba a la nevera o porqué iba al baño cada media hora.

—Mi amor. ¿Por qué no me lo dijiste? —susurró—. Yo no te pienso abandonar por nada en este planeta y menos por otra persona, tú eres a quien yo más amo, Jin.

—Entonces dime, ¿por qué te fuiste con Jimin? ¿Por qué te acercaste tanto a él? ¿Por qué dejaste de amarme?

—Yo no dejé de amarte —se levantó del suelo y lo levantó del suelo—. Sí, me fui con Jimin a Incheon, pero fue porque ese día él llegó golpeado por su esposo, no podía dejarlo, tú no estabas, no sabía que hacer, pero no estuvimos solos, Jungkook nos dio el alcance en Incheon, porque tú lo mandaste.

Seokjin hizo una cara de confusión cuando lo vio.

—Yo no mandé a Jungkook a Incheon, no sé de que hablas —Namjoon se rió.

—Ese tarado es muy listo —sonrió y vio a su prometido—. Jungkook está enamorado de Jimin, él apareció diciendo que tú lo mandaste, pero ahora veo que solo quería estar cerca de él.

El pecoso se sostuvo del escritorio, su respiración comenzó a faltarle a medida que sus lágrimas caían por sus mejillas, Namjoon se preocupó e hizo que se sentara, pero sus manos inevitablemente comenzaron a temblar.

—Bebé, ¿qué te sucede?

—Llama a Jimin... yo lo despedí, yo lo boté —se desesperó tomando la camisa del otro—. Él no puede regresar con su esposo, llámalo, dile que regrese, por favor, por favor.

Los papeles se invirtieron y ahora la culpa lo empezó a atormentar.

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